Amantes de la noche...

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domingo, 25 de abril de 2010

¿Ahora sí es amor? Cap 9


CAPÍTULO IX
Amigos



-¡Hey Juls!- el ensoñamiento al que la música de Stephen Dawson me había condenado dio fin con aquéllas dos simples palabras. Mi cuerpo entero se contrajo pese a saber de antemano que no había qué temer, incluso ahora me daba cuenta que aún no era del todo inmune a él, después de haberlo intentado todavía lo recordaba. No quería voltear, no quería afrontar lo que fuera que estuviera pasando.- ¿vas al club vampiro?- me dolía hasta respirar, me había prohibido recordarlo, pero justo ahora, luego de aquélla palabra los recuerdos inundaban mi mente, nublaban mi pensamiento, haciendo trizas todo lo avanzado.

Venían a mí cada uno de los momentos a la orilla de aquélla fría playa, dentro del bosque de Crazytown, de aquélla vida que hubiera deseado jamás haber conocido.-Julie… ¿te encuentras bien?- fue entonces cuando reaccioné, yo recordaba aquélla amable y fina voz, y traté de aferrarme a ese recuerdo para salir a la superficie de aquél mar lleno de dolor, salí pero aquélla sensación de muerte me poseyó. Volvía a ser ese ser endeble y frágil, lo detestaba, maldecía ser así, maldecía el momento en que Bryan Night se había cruzado en mi vida.- Julie…- como acto reflejo me abracé a aquél joven que estaba a mi lado, lo abracé y sin saber cómo, mis ojos comenzaron a derramar las lágrimas que conocían perfectamente los surcos de mi cara.

Alexander simplemente me abrazó, no dijo más nada, ahí en medio de la calle me dejó llorar, me dejó aliviar el dolor, como si con eso el veneno que me lastimaba fuera a salir completamente de mi cuerpo. Estuvimos un tiempo ahí, fue hasta que comencé a sentir que la gente me observaba que me separé lentamente de él- ¿te encuentras mejor?

-Sí, muchas gracias…


-No hay de qué…- Su sonrisa gentil cubrió por completo su rostro y me infundió una sensación de bienestar, sabía que intentaba influir en mi estado de ánimo y de alguna manera lo estaba haciendo.-Así que no es necesario preguntar cómo te fue con Stephen… mmm… esta vez se ha pasado de la raya por hacer llorar a una niña tan linda como tú…- Si, pese a tener la cara probablemente toda roja por el llanto, probablemente estaba alcanzando nuevas tonalidades.- ¡Qué encantadora…! Definitivamente Dawson recibirá su merecido…

-Pero Dawson no hizo nada… Ammm bueno, salvo intentar humillarme en público, pero eso me da igual…-
La plática con Alexander era bastante agradable, él era, sin duda alguna una buena persona, sobre todo por preocuparse por alguien desconocido.

-¿Cómo? ¿No estabas triste por tu clase?

-No… ¿tan malo puede ser Dawson?- Me resultaba extraño que Alexander pensara que el motivo de mi llanto era Stephen, tal vez lo que él pensaba no era que su amigo fuera malo, si no que yo era débil, claro que esto era verdad, sin duda alguna yo era una tonta demasiado endeble.

-Digamos que hay ocasiones en las que se siente lo suficientemente motivado para ser cruel, bien Julie, sea cual sean los motivos por los cuales estés deprimida, ten en cuenta una cosa, nadie jamás en el mundo tiene el poder para hacerte sentir mal, sólo tú misma… tú eres quien decide que las cosas te afecten o no…

-Gracias…

-No tienes nada qué agradecer, siempre que quieras estaré ahí para ti, no lo olvides…-
y sin más me volvió a abrazar, podía sentir emanar de él una muestra de cariño. No entendía los motivos de aquello, y comenzaba a sentirme tan bien pero un sentimiento incómodo se apoderó de mí. Yo era una maldita, sí, una maldita, pues aunque no sentía nada más que gratitud hacia Alexander, conocía los sentimientos de Patrice… sintiéndome incómoda, me separé lentamente de él…- ¿Quieres ir al club vampiro? ¿quieres platicar de algo? ¿quieres que te acompañe a casa? Haremos lo que tú quieras, ok Juls- ese mismo apodo de nuevo, me tensé instantáneamente, era una simple reacción, pues esta vez no iba a permitir que llegara a más, sin duda alguna Alexander se había percatado de ello…- Entiendo… discúlpame, nunca más te diré de esa manera ok Julie… perdóname- y me sonrió tímidamente mientras cerraba su ojo derecho.

-No Alexander, discúlpame tú, ¡Dios Santo soy tan patética!- Me volví a agarrar de él, fue como un sostén del cual podía sostenerme- Es que de esa manera me decía alguien a quien deseo olvidar…

-Ok, discúlpame, prometo nunca más volver a recordártelo, y no llores más… no te vez bonita cuando lloras- Y limpió mis necias lágrimas con sus fríos dedos, nunca había visto los rasgos de Alex, tenía unos profundos y tristes ojos caramelo, que traspasaban su piel morena, su boca era delgada, su sonrisa era gentil y amable, su nariz aguileña y pequeña, su cabello oscuro y lacio bien peinado enmarcaba a la perfección su rostro; pero había algo que no cuadraba con sus bellos rasgos, ahí debajo de sus ojos unas profundas ojeras (resultado, supuse de su amor a la música y de sus estudios), pese a eso, no podía negar que era un joven muy hermoso.

-Bien niña, esta vez no tomaré tu parecer, creo que lo conveniente es ir al club vampiro, te hace falta una buena dosis de la alegría de Sahara y Patrice- Noté como sus facciones se hacían más suaves, incluso más bellas cuando pronunciaba su nombre

-Pero no se te ocurra decirles cómo estuve…- hice uso del último esbozo de actuación que me quedaba e hice una expresión terrorífica.

-Sí, entiendo a lo que te refieres, estoy seguro de que degollarían a Stephen sin antes preguntar qué te puso mal, claro sólo para hacerte sentir mejor… así son, especialmente Patrice, que es muy receptiva…- Las comisuras de sus labios se alzaban, incluso el tono de su voz, que con tan sólo decir el nombre de mi amiga, se volvía más suave, meloso, parecía como si lo envolviera, podría pasar desapercibido por cualquiera, pero justo ahora que mi cuerpo entero le prestaba atención, era imposible para mí.

-Sí, lo sé, aunque hay ocasiones en las que se pasa de la raya y me hace sentir apenada…

-Pero sólo lo hace porque eres su amiga, desde que tú apareciste ella es más feliz-
Esta vez la mirada de aquél joven me atrapó, pude entender sin necesidad de una explicación de su parte el motivo por el que estaba ahora conmigo, por el cual en las afueras de la universidad me había hablado –hay veces en las que mi hermana por estar con Darren no puede acompañarla, y pese a su jovialidad y entusiasmo, Patrice tiene dificultades para hacer nuevos amigos, eso la hace ser muy triste…

-No te creo, ella debe tener millones de amigos, es bastante linda…

-Probablemente eso lo sepamos tú y yo, pero hay gente que no se toma el tiempo de averiguarlo, muchos incluso tienen miedo de ella, sólo porque es algo tímida al inicio e incluso reservada y su expresión nerviosa se muestra como de enfado, tuvo una experiencia desagradable al llegar aquí, supongo que eso la ha frustrado, por eso me siento bastante aliviado de que tú hayas aparecido, de que seas su amiga-
La mirada de gratitud con la que Alex me estaba viendo no dejaba espacio a especulaciones, claro estaba que aquél joven de mirada triste, al estar conmigo, en estos momentos, al abrazarme con aquella fuerza únicamente estaba asegurando el bienestar, la alegría y la sonrisa de Patrice, él se preocupaba tanto por ella, como si…- Sabes, Patrice es como un sol, que da vida, fuerza e ilumina todo lo que está a su alrededor… - No era como... no tenía dudas ahora, Alex estaba enamorado de Path…- hay, creo que desviamos un poco la conversación, el motivo principal, era que tú estabas triste…- de pronto volteó a verme, con un poco de pena y duda, supongo que pensó que mientras él hablaba de mi amiga, yo estaría al borde del suicidio o algo por el estilo.

-No te preocupes, incluso en conversación Path suele ser algo envolvente- pude notar cómo un leve sonrojo irradiaba en sus mejillas; el tiempo se había pasado, ya nos encontrábamos frente a una puerta antigua que conocía bastante bien. Realmente la presencia de Alex me había tranquilizado, podía sentirme de nuevo tranquila y feliz.

-Julie, comenzaba a preocuparme por ti, Stephen llegó desde hace un rato, así que supuse que tu clase ya había concluido… dame los por menores… -La ansiosa voz de Patrice me daba la bienvenida…

-Enana, dale un respiro, probablemente después de ir a la guerra necesite un poco de comida…- Ese era Darren, quien ahora me veía con un poco de lástima- no te preocupes, tu querido Darren irá a tu rescate- así se fue volando rumbo a la barra, sólo escuché cuando Sahara lo reprendía con un “Darren, es sólo una chica, no eres tú o yo”; Patrice, Alexander y yo nos quedamos en la mesa de siempre, estábamos riéndonos por nuestros amigos que peleaban por saber qué era lo mejor para alimentarme…

-Bueno, ¿me vas a contar qué tal te fue con mi hermano? Espera un momento… ¿por qué tienes los ojos hinchados?- ella me miraba con dureza, parecía como una advertencia de que probablemente por la noche habría un regaño. Pronto desvié mi mirada hacia Alex, quien me miraba con una mezcla de complicidad. Patrice siendo lo suficientemente perceptiva, desvió la mirada, pero antes de eso, pude sentir cómo su cuerpo se crispaba, probablemente tendría que platicarlo con ella más tarde, para que no hubiera malos entendidos.

-Dawson intentó intimidarme, pero eso ya lo sabíamos… digamos que en su intento quedamos empatados, estuve a punto de lanzar el tiro de gracia y ganarle, pero es bastante listo…- Le sonreí, pero me entristecí por completo al notar cómo sus ojos, pese a intentar ocultarlo, estaban llenos de tristeza. – Después me encontré con Alexander, camino aquí, me venía contando divertidas cosas sobre ti… - Ahora Alex era el que estaba tenso, pude sentir cómo los dos estaban nerviosos, Path ya no se mostraba triste, más bien estaba un poco apenada, me dieron bastante ternura, y me juré entonces que haría lo que estuviera en mis manos para ayudarlos a demostrarse su amor.

-Julie, aquí tienes… - Darren y Sahara habían traído comida para mí, era bastante: una rebanada de pastel de chocolate, una de zanahoria, una de pay de queso con zarzamora, un sándwich de pan integral, una malteada de fresa, un café, una hamburguesa, dos rebanadas de pizza, 3 empanadas, un refresco de cola, un zumo de naranja, una botella de agua y una ensalada.

- Pero… pero… ¿Por qué han traído tanta comida?


-Te lo dije Darren…- Esa era Sahara quien miraba con enojo al grandote del grupo, él estaba entristecido, se me figuró a un bebé enorme haciendo pucheros y no pude contener las carcajadas consecuentes a esto. Todos me miraron sorprendidos, y se unieron a mi risa, Patrice y Alexander se miraban tímidamente, Sahara había perdonado a Darren y este la sostenía entre sus brazos, todo estaba envuelto en una atmósfera de alegría, me sentía dichosa, probablemente esto era una muestra más de cómo el sol brilla con mayor potencia luego de la tempestad.

-¿Se puede saber por qué ríen así? Nos perturban saben…- esa sedosa voz, era bastante conocida ahora por mí, rápidamente volteé hacia él, pero su expresión confundida me ocasionó mayores arcadas de risa.

-Hay Stevie… ¿podrías tener un poco más de sentido del humor? – Darren palmeó el hombro de su hermano, mientras decía aquello.

-Sí Stephen, y no molestes a Julie ¿ok?-
sentenció Patrice

-Menos después de molestarla en clases…- Sahara

-Pero yo no he hecho nada…

-Más te vale no haber hecho nada…-
ese era Alexander, en esos momentos, yo estaba incontrolable, realmente toda la situación me estaba dando demasiada risa, y no podía controlarme.

-Rayos... ¿porqué todos están atacándome?-
el rostro aniñado de Stephen haciendo puchero era bastante parecido al de Darren, sólo que era más tierno y lindo. Jamás lo había visto comportarse de esa manera; probablemente era por el hecho de que no había convivido con él lo suficiente, o tal vez porque en mi fuero interno lo tenía como por un individuo pagado de sí mismo y ególatra amargado, pero esta nueva cara de Stephen me gustaba.

-Pobre Dawson, ya no lo ataquen, mejor ayúdenme con la comida para el regimiento que trajeron Desi y Darren…

-¿Desi? Qué lindo Julie, ahora quiero que todos me digan así…-
Sahara

-Gracias Julie, lo cierto es que tengo hambre…- sonrió Darren

-Deja primero que ella escoja qué comer, tú ya habías comido, aunque sabes ¿amor? a mí se me antojó la pizza de champiñones...- dijo pícaramente Sahara, ese par se alimentaba como si la comida fuera a desaparecer

-Tienes razón Amor, mi cuerpo enorme siempre tiene hambre…

Así, todos y en paz cenamos aquella noche; ahí, viéndolos comer, pelear, bromear y reírse, me sentí completamente dichosa. El día, había estado lleno de un montón de sentimientos encontrados; haberme topado con un ángel al piano fue la visión más hermosa que hasta ese entonces había visto, una visión que llena mis sentidos incluso ahora; fue el día que había vuelto a recordar a Bryan pudiéndome percatar del engaño que era su supuesto olvido. Había conocido a Alexander y los primeros matices de su amor por Patrice.

Ese día marcó el inicio de una vida distinta, una vida futura que estaba llena de esperanzas, llena de personas nuevas, una vida que yo ansiaba, una vida que se ponía en mis manos.

-Julie, nunca te había escuchado reír…-
La percepción de Path jamás me dejaba de sorprender.

-Es cierto…- Dijo Desi

-Y tienes una sonrisa muy linda…- Las palabras de Alex siempre me tomaban desprevenida y me intimidaban, me dio tanta pena que mis mejillas se enrojecieron…

-Justo como sus mejillas…- Path, tras las antiguas palabras de Alex no se había puesto triste, eso me alegraba profundamente.

-Y bien Hermanito, planeas disculparte con Julie por tus majaderías… ¿o me equivoco? Recuerda quién es el fuerte de la casa…- muy pagado de sí mismo sentenciaba Darren.

-Hay amor, mejor no digas nada…

-Sí, lo recuerdo bastante bien- decía Stephen, la comisura de sus labios se torcía hacia arriba, era un gesto bastante sutil como sensual “¡Cómo diablos piensas en lo sensual de Dawson!”, me grité a mí misma, mientras negaba con la cabeza intentando bloquear mis pensamientos.- y no, no pienso disculparme con alguien que me ha ofendido también…- la profundidad de la mirada de Stephen me sedujo, no entendía a qué se refería, incluso me daba miedo entenderlo… algo en mi interior me advertía que corría peligro, un peligro jamás antes experimentado.

La plática concluyó ahí, nos despedimos mientras Alexander y Stephen nos acompañaban a nuestras habitaciones. Patrice iba platicando en secreto con su hermano, mientras Alex y yo, sólo caminábamos, él decidió romper el silencio…

-Julie, por favor no le vayas a decir a Path de qué platicamos hoy…- él se notaba inseguro y temeroso, yo le sonreí para infundirle valor, pero no habló.

-No te preocupes, entiendo, muchas gracias por escucharme y dejarme llorar sin preguntar nada…

-No hay de qué, cuando quieras…

-Espero que no muy seguido…

-No quiero que pienses que esto lo hago sólo por ella-
volteó en dirección a mi amiga- quiero que realmente me veas como tu amigo, pues eso seremos, ¿ok?

-Claro amigo…-
los dos sonreímos en gesto de convenio, pronto Stephen desapareció y Patrice apareció detrás de nosotros, Alex nos dejó en la entrada del edificio. Por la mirada de mi amiga, podía suponer que la noche era joven.

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